Época: Grecia antigua
Inicio: Año 2800 A. C.
Fin: Año 146 D.C.

Antecedente:
La agricultura

(C) Alvaro Cruz García



Comentario

La trilogía mediterránea -olivo, vid y cereales- era la base de la agricultura helénica, añadiéndose árboles frutales y legumbres. La cebada era el cereal más cultivado, convirtiéndose en la base de la alimentación.
Jenofonte, en su diálogo el "Económico", nos narra las labores agrícolas: generalmente dos, y en ocasiones, tres -en primavera, en verano y en otoño, antes de la siembra del mes de noviembre-. En primavera se plantaban las viñas, empleando los huecos abiertos durante el invierno anterior, de un pie y medio o dos de profundidad. La planta se elevaba sobre estacas u otros árboles, realizándose la vendimia en septiembre u octubre. Las vides y los árboles frutales se plantaban en las laderas soleadas de tierra caliza mientras que el olivo estaba en medio de los campos o a comienzos del verano se hacía la siega, empleándose mulos o caballos para la trilla. El cereal desgranado se aventaba con un cesto plano empleándose la paja como alimento del ganado o para la elaboración de adobes.

Para conseguir una mayor rentabilidad se practicaba la rotación bienal: un año de cultivo y otro de barbecho, año empleado para que el ganado pastara en el campo y se enriqueciera con abono natural. El abono era un producto muy utilizado en la agricultura helénica, recogiéndose los excrementos de los animales y repartiéndose en los diversos campos, a los que se sumaban restos orgánicos previamente descompuestos o el estiércol de caballos y animales que transitaban por las ciudades, recogidos previamente por los encargados de la limpieza viaria y vendidos en las puertas de las poleis.

Aunque en todas las regiones se conseguían los mismos productos, evidentemente se desarrolló una especialización regional: eran famosos el aceite del Ática, el vino de Tasos o el cereal de la Cirenaica.

Una de las principales fuentes de ingresos en el mundo rural procedía de la ganadería. Se criaban ovejas, cabras, vacas, bueyes, cerdos, caballos y asnos, conjugando cada especie en función de los pastos disponibles en cada zona. No debemos olvidar la importancia de la avicultura en algunas regiones o de especies exóticas, como el faisán en la región de Atenas. Tenemos datos relacionados con la práctica de la trashumancia, a pesar de la independencia de las poleis y de la dificultad para la libre circulación, existiendo noticias de acuerdos entre ciudades vecinas para la práctica del pastoreo.